EUROPA
PRESS
17 marzo
2020
La
jerga sobre el cuidado de la piel, ¿sabes qué significa: 'hipoalergénico',
'clínicamente probado', 'orgánico'...?
¿Eres de las que te gastas 100 euros en
un sérum antiedad porque pone que está
'dermatológicamente probado'? ¿Crees que merece la pena? ¿Sabes que sus
ingredientes pueden aparecer en otro producto que puede comprarse por una
décima parte de ese precio?
No siempre la opción más cara en los productos del cuidado
de la piel es la mejor, a juicio de los expertos. De hecho, es algo que
defienden constantemente los dermatólogos y es que, en muchas ocasiones, hace
más el márketing del producto, que los ingredientes
en sí de la crema.
Con ello, muchas veces compramos productos centrados en el
cuidado de la piel simplemente porque se encuentran a
buen precio o porque son de una buena marca, según creemos, sin fijarnos
absolutamente nada en cuáles son sus ingredientes. A todo esto habría que
sumarle que en muchas ocasiones desconocemos la jerga propia de este tipo de
productos, por lo que si vemos un 'testado dermatológicamente', pensamos que es
bueno sin saber realmente por qué.
"El mejor hábito que podemos adquirir a la hora de
comprar productos para el cuidado de la piel es familiarizarnos más con sus
ingredientes y con su función. Esto es más importante que la etiqueta que ha
creado para nosotras el equipo de marca y de marketing", subraya en 'La
Biblia del cuidado de la piel' (Zenith) la
dermatóloga del servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) la doctora Anjali Mahto.
Así, esta especialista reconoce que existen muchos
tecnicismos en el sector de la belleza y muy pocos saben realmente qué
significan estos términos, generalmente complejos para el ciudadano de a pie, y
que aparecen en el embalaje de los productos.
"No cabe la menor duda de que la industria del cuidado
de la piel se aprovecha de esto y, lamentablemente, buena parte de lo que vemos
es marketing inteligente. Se utiliza para impresionar, desconcertar y confundir
a partes iguales cuando compramos un cosmético", remarca la dermatóloga y
portavoz de la British Skin Foundation.
Con ello, enumera los que a su juicio representan los
principales términos que aparecen habitualmente en el etiquetado de los
productos para el cuidado de la piel:
·
Hipoalergénico: Según asegura, es la afirmación
del fabricante de que ese producto causará menos alergias que otros. No
obstante, afirma que no es un término legalmente vinculante, ya que no existe
una norma mínima en la industria para demostrar que un producto causa menos
reacciones alérgicas. Este término dice que simplemente se utiliza para dar a
entender al consumidor que el producto no provocará irritación.
Desafortunadamente, la doctora Mahto señala que no hay garantías de que esto sea cierto y
el término prácticamente carece de sentido. "Los productos hipoalergénicos
pueden contener fragancias, una causa frecuente de alergias e irritación. Si
crees que tienes alergia a uno de tus productos de cuidado personal, te
aconsejo que vayas al dermatólogo para hacerte pruebas alergológicas",
remarca.
·
No comedogénico: 'No obstruye los poros', significa literalmente, y se
encuentra generalmente entre los productos que emplean las personas que tienen
acné o piel grasa. Si un ingrediente es comedogénico
fomentará la obstrucción de los poros y la formación de espinillas. El
principal problema sobre los mismos, una vez más, es que no existen normas ni
regulación en la industria. En términos generales la dermatóloga asegura que
las personas propensas a erupciones cutáneas obtendrán mejores resultados si
emplean productos no comedogénicos de textura ligera
pero avisa de que, a pesar de la etiqueta, el producto también puede obstruir
los poros.
·
'Clínicamente
probado':
Suele emplearse en productos del sector antienvejecimiento para dar a entender
que se han sometido a pruebas científicas rigurosas a fin de demostrar que
funcionan. "Es otra estrategia de márketing
engañoso", sostiene la experta. Habitualmente 'clínicamente probado'
significa simplemente que el producto se ha probado en un número reducido de
personas que comunicaron sus conclusiones al cabo de un periodo de tiempo
establecido. Casi nunca se trata de un ensayo clínico fiable, con una
metodología sólida, dice la especialista de la British Skin Foundation.
·
'Dermatológicamente
probado': "Se
usa deliberadamente para llevarnos al engaño. Da a entender que cuenta con el
aval de un dermatólogo o ha superado rigurosas pruebas de laboratorio. Según
las directrices de la UE, significa que un dermatólogo ha supervisado las
pruebas realizadas en seres humanos. No obstante, no existe una prueba estándar
para evaluar la seguridad o la eficacia de los cosméticos".
·
'Natural' y
'Orgánico': "El cuidado natural de la piel es otro campo de minas. No
hay una definición estándar y puede poner natural, que el origen sea natural,
pero que el procesamiento químico lo transforma totalmente en algo muy distinto
y que precisamente no es natural. Además un error muy extendido es que la gente
piensa que estos productos son más seguros porque lleven la palabra 'natural' y
no es así. Los productos botánicos, las hierbas y los aceites esenciales
también pueden provocar irritación y alergias", alerta la especialista.
·
'Sin perfume': Debería significar eso pero no
siempre es así. La única manera de estar seguros es leyendo la lista de
ingredientes. Pueden provocar igualmente alergias en las personas propensas e
irritación en las que tienen piel sensible. Ten cuidado con los aceites
esenciales que pueden contener los mismos componentes naturales que se emplean
en las fragancias.
·
'Sin sustancias
químicas':
Es una etiqueta que hay que ignorar. Estrictamente hablando todo está elaborado
a partir de sustancias químicas, ya sean naturales o artificiales.
·
'Sin
conservantes': "Hay pocos cosméticos que realmente no incluyan ni un solo
conservante pero, ¿realmente queremos que no los contengan? Son un componente
importante del cuidado de la piel y se añaden a los productos de belleza para
prolongar su periodo de conservación al evitar la proliferación de bacterias,
levaduras, y hongos. Sin duda, esto es bueno, sería mucho peor si no los
tuvieran, y es muy probable que embadurnarse la cara o los ojos con productos
contaminados por gérmenes provoque una infección", subraya.